Ayuno digital: mi experiencia
Mi experiencia realizando el ayuno digital.
El ayuno digital es una propuesta muy interesante que nos invita a reflexionar sobre nuestra dependencia de la tecnología. Sin embargo, considero que su viabilidad depende en gran medida de las circunstancias personales y del nivel de actividad de cada persona.
En mi caso, no he podido llevar a cabo el ayuno digital durante los meses de universidad, ya que el móvil es esencial para mi día a día. Lo utilizo para contactar con mis compañeros-as, resolver dudas sobre trabajos, coordinar actividades en equipo y acceder a información necesaria, además, las personas que me rodean también se encuentran conectadas a estas redes sociales. Esto hace que, aunque desee desconectar, me resulta prácticamente imposible no recurrir al uso del móvil.
Considero que nos encontramos en una era digital en la que la dependencia tecnológica es evidente. Aunque queramos reducir su uso, el móvil se ha convertido en una herramienta necesaria, ya sea para enviar un mensaje, hacer una llamada o buscar información. Sin embargo, si retrocedemos solo unos años, podemos ver que la sociedad funcionaba perfectamente sin conexión.
Durante las vacaciones, mi situación es totalmente distinta. Tengo más tiempo para dedicarme a actividades que disfruto, como leer o pasear, lo que reduce significativamente mi uso del móvil. Por lo tanto, en ese período, realizar el ayuno digital me ha sido mucho más sencillo, permitiendome desconectar de las redes sociales y centrarme más en mi entorno cercano, prestando atención a las personas que me rodean y conectando con ellas de forma más directa. Quiero destacar que la red social que más me ha costado no usar es WhatsApp, considero que podría vivir perfectamente sin cualquier otra red social menos esta.
Por otro lado, destaco que desde hace más de un año, tengo configurado un límite de tiempo en mi móvil para controlar el tiempo de uso de las redes sociales. Este límite es de 1 hora diaria, el cual siempre sobre paso posponiéndolo en intervalos de 15 minutos. Aun así, esto me ayuda a ser más consciente del tiempo que paso frente a la pantalla y a no excederme.
En definitiva, considero que es inevitable no estar conectado a internet en un mundo donde abundan las tecnologías, pero sí está en nuestras manos saberlo controlar y no excedernos en su uso, además de hacer uso de forma cuidadosa.
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